Ayer vi una película que me recomendó una amiga,
y según la estaba viendo me recordó al relato que os mostré ya hace unos meses
sobre unos perros en el pueblo de La Zarza que fueron
muy leales a su dueño, incluso hasta después de
muerto. La película está basada en un caso real acontecido en Tokyo.
Se titula “ Siempre a tu lado”. Como podéis
ver sorprendentes historias reales de lealtad de perros con amos y amos con
perros se dan en todas las partes del mundo.
Aquí os recuerdo el relato recogido en el pueblo,
y de paso, si no la habéis visto, os recomiendo la película.
No son pocas las
veces que se indica que el mejor amigo del hombre es el perro, ya que es un
animal muy leal que acompaña a su dueño en todas las ocasiones, incluidos en
los momentos más difíciles. En referencia a esa creencia tan extendida,
señalaré un suceso acaecido en La Zarza de Pumareda hace muchísimos años. Los
vecinos más ancianos del municipio recuerdan que sus abuelos cuando contaban el
relato ya indicaban que había ocurrido bastantes años atrás, por lo que se hace
difícil situarla en el tiempo. Aquí os lo presento.
Había un pastor en
el pueblo, como tantos y tantos otros, que pasaba todo el año, día y noche, en
el campo cuidando de sus ovejas con sus dos perros fieles. Cierto día, el
hombre ya mayor, falleció.
Cuando los vecinos
se dispusieron a trasladar el cuerpo sin vida hasta el mismo pueblo, los
perros, por más que los acompañantes lo evitaban, seguían detrás a su ya
difunto amo. Finalmente, tras la insistencia de unos y la perseverancia de
otros, consiguieron que los perros regresaran al campo con el rebaño.
Aquel mismo día por
la noche, tras haber sido enterrado el hombre, los perros habían olisqueado el
camino que les llevaba hasta el pueblo, y allí se acercaron. Al parecer se
pasaron la noche entera aullando. Así pues, el comentario del pueblo a la
mañana siguiente fue que no pudieron pegar ojo, ya que los perros no habían
permanecido en silencio ni un solo instante. Pero ahí no acaba la historia. Un
hombre se acercó al cementerio y cual no sería su sorpresa al ver que en la
tumba donde yacía el pastor la tierra estaba levantada.
Según parece, los perros habían pasado parte de la
noche escarbando en el lugar, ya que habían olisqueado que allí se encontraba
su amo y aunque intentaron sacarlo, por suerte, no lo consiguieron.